Nunca es de sabios entrar donde no te vayan a dejar salir libremente. Esta premisa aplica en todos los aspectos de la vida profesional y personal. En especial, en las relaciones amorosas, la garantía de la libertad no es negociable.
Permanecer al lado de alguien por temor, o aún peor por lástima es devastador. Ser libre física y mental es una decisión diaria. La libertad está en la naturaleza del ser humano, aunque en ocasiones la sociedad y la cultura tienden a dibujar cadenas donde el Creador, en su origen, pintó nuestras alas.
Imagen sacada de la Internet, autor desconocido
Reblogueó esto en edwincolonpagany comentado:
Disfruta de esta reflexión en Salto al reverso…
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Es sorprendente cómo el ser humano dice ansiar la libertad y en cambio a menudo actúa de forma totalmente opuesta a la que tendría que adoptar para alcanzarla. Somos presas de tantas cosas… El mundo empezará a mejorar cuando abandonemos definitivamente la resignación y la autocompasión.
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100% de acuerdo galán, tratamos de ser auténticos y pamplinas caemos en los patrones y preferencias de la sociedad (reglas o normas que aunque nos fastidien, se convierte en ocasiones en nuestra zona de confort). Un abrazote desde acá, que el calor está muy fuerte, me estoy derritiedo amigo…
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Pues entonces va siendo hora de escribir un cuentecito ambientado en el Ártico… jajaja!
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Vale, lo escribo prontito, ya sabes, tú fuiste el causante de tal locura…jajaja
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Me encanta!
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Me alegro que te haya gustado, un abrazo desde mi islita!
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