El blues del enterrador


Algo se retuerce ahí afuera,
huele a podrido hasta aquí…
Algo conspira en silencio ahí afuera,
huele a podrido hasta aquí…
Cada noche trepa el muro y resopla,
me observa intrigante, asquerosa,
una rata enorme en mi jardín.

El viejo Ares salió al porche,
pidió lumbre en la oscuridad…
Se calzó las botas y salió al porche,
pidió lumbre en la oscuridad…
Con un fogonazo prendió el cigarro;
cuando lo ha terminado
cubren las cenizas toda aquella ciudad.

Se irguió desnuda a por la manzana,
se apartó el diablo para que pudiera alcanzar…
Él también quiso un bocado y tomó la manzana,
se apartó el diablo para que pudiera alcanzar…
Se abrió el cielo en llamas sobre sus cabezas,
les condenó a esta cerveza,
si la quieres, y a cualquier cosa que puedas comprar.
( ¿…buscabas esto? ).

Lo primero nos lavamos las manos,
le dijo la hiena al chacal…
Antes de nada nos lavamos las manos,
le dijo la hiena al chacal… ( antes de empezar… ).
La maniobra no dio resultado,
el cánido había escapado
con su porción sangrante hasta algún otro lugar.

Qué calor hace aquí afuera,
suspiró agotado el enterrador…
Pero qué calor hace hoy afuera,
suspiró agotado el enterrador… ( secándose el sudor…).
Con la mirada buscó una lápida a la sombra
y se sentó a canturrear con sorna,
a su pala sucia en el suelo, esta canción. …

Entre Castillo y Castroviejo

10 comentarios sobre “El blues del enterrador

Responder a E. J. Castroviejo Cancelar la respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.