Arma


Tarde confusa, noche negra.
Mi fortaleza se consume,
lenta.

Lanzo la mano
en busca, no de otra mano,
sino de lo único
que me ha sido sagrado.

—Vacío brutal,
ininteligibilidad absoluta.
¿Cómo explico
lo que jamás fue descifrado?—

Tomo la única arma
que me es dada: ésta.

Y la clavo.

Y esto es lo que sangra
desde mis manos.

Fotografía: Crissanta
Fotografía: Crissanta

21 comentarios sobre “Arma

  1. Exacto 😉 y lo único que podemos hacer es aproximarnos a decir aquello que no se puede decir… como si fuéramos imanes de un mismo poco: cuanto más cerca más huye “la idea”. La sentimos; la venteamos; pasa a través de nosotros como si fuéramos antenas. Y luego intamos escribir torpemente ( yo me siento muy torpe 😦 ) palabras-nunca-escritas: no-palabras.
    saludos

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    1. Es que hay cosas que uno no puede decir y luego hay cosas que uno no quiere decir porque serían brutales. Entonces todo ronda esta ‘torpeza’ y esta incapacidad de expresar la idea, de darle la vuelta. Saludos Manuel.

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