Se precipita
la mezcla,
la solución,
la pócima.
El peso grave
espesa el fondo.
La química
— en el vaso maloliente de las horas —
añeja el vino
en ácido.
La esencia
trastoca
con precisión de alquimia.
No deja rastros.
Y aunque
mudan en oro
se vuelven plomo
las palabras.
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Y el efecto resultará según la dosis.
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Eres adictiva, Verónica. No me importaría una sobredosis de tí.
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Solo hay que tener cuidado con los efectos adversos. Hay que leer la posología completa.
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No en este caso. (o sea: vos) Tus efectos colaterales no pueden ser peores que los míos.
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Reblogueó esto en Ultimate Wanker Pressy comentado:
«Y el efecto resultará según la dosis»
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Gracias, caballero. Ya sé que me bebes en gotas.
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Sólo porque no me entregas la damajuana.
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Mezcla con resultado plomizo. Un poema … químico, Verónica.
A la primera, hoy, también. estoy mejorando a marchas forzadas.
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La práctica agiliza las neuronas, Enrique. No te rindas con mis letras.
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Menuda entrada, Verónica. Enhorabuena.
Un beso y feliz jueves.
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Temía pasarme con la dosis, Javi. Es que ya sabes, lo mío es el café y no el veneno. Un beso de casi viernes.
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Es lo que pasa: óxido y corrosión. Al pulpo hay que cocerlo en caldero de cobre; siempre limpio y brillante; lavado, pulido y bien seco, a salvo del cardenillo.
Un beso sin carmín; no respondo de mis venenos.
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Es lo que pasa cuando pasan las horas (esa extraña forma humana de medir el tiempo) sin pronunciar esas palabras. Adheridas a la garganta se vuelven ponzoña.
Un beso extenso.
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Uff!!!, qué veneno amiga. Te quedó genial, como siempre. Ahora te corresponde, darnos el antítodo. Abrazotes querida!!!
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Gracias, mi cálido amigo. Estoy ensayando fórmulas secretas. El antídoto lo reservo para una futura entrega. Pero creo que los efectos de ese veneno se disuelven con los abrazos. Por eso, te envío muchos y también besos.
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Jajaja, qué rico 🙂 Aceptado el sustituto del antídoto!!!
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Genial… Un abrazo para todos, Aquileana 😀
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¡Qué bueno verte también por aquí, A.! Seguro que encontrarás imágenes e historias de tu agrado. Beso. 🙂
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Abrazos!!
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Menos mal que las palabras nunca enrancian, abrazos Verónica.
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Eso tienen de perdurable y ¡en buen estado! Besos, Eduardo.
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Tus palabras siempre dulces. Solo en la poesía pueden ser un veneno bello.
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El contacto con Uds., mis buenos amigos de la web, me mejoran. Y gracias a eso, el veneno se transforma. Un beso, Carla. (Ya extrañaba tu presencia.)
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(Ya extrañaba estar. Estoy pero no me ven) Besos. A mi también me mejoran mis amigos de aquí.
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