De la calle los televisores
delatan a los sonámbulos,
de los aviones
las olas están quietas,
y siempre hay un remedio
del que está siempre mirando.
El trasnochador,
calmado fumador
desde el balcón,
presume en bata
y zapatillas animadas,
de saber a qué hora
se encienden y apagan
las deprimidas farolas,
de la frecuencia
del camión de la basura,
de la coreografía
de los semáforos,
del tango
de los coches aparcando,
del cante hondo
de los borrachos.
Pero luego le preguntas
al muy carajote
por la Luna,
y no sabe,
que solamente
hay una.
– Enrique Urbano.
Cuántas veces nos ofrecemos olvidados de la magia que airea a nuestro alrededor.
Dejo saludo lunar.
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Cierto, solo hay que observar mientras estamos mirando. Saludo lunático.
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