Huelga
el obrero
pero
también
la palabra ancha,
un adjetivo inoportuno.
Sobra de mi vida
el límite
—frontera fundida en línea—,
apenas uno.
En este extravío
me extraño
enajenada de mí,
tan encallada.
Huelga
el obrero
pero
también
la palabra ancha,
un adjetivo inoportuno.
Sobra de mi vida
el límite
—frontera fundida en línea—,
apenas uno.
En este extravío
me extraño
enajenada de mí,
tan encallada.
¿Qué flores esperan en qué puente?
¿Qué sabor acaricia qué locura?
¿Quién puede escapar de qué amnesia?
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Si qué ni quién no hay respuesta.
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Quepa un estallido que abra sendas,repartiendo más opciones y terminando con cada uno de los gestos que aparecen como cabizbajos y rendidos.
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Inunda la luz en estallido. ¿El gesto? Descansa. No se rinde.
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Somos nosotros este humano ausente, de pie frente a un espejo indeciso.
Somos nosotros enfrentados a Dios, que se niega a reconocer que nos fabricó a su imagen y semejanza.
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«me extraño
enajenada de mí»,
Me encantó eso.
Siempre es un placer leerte, amiga.
Y siempre, un abrazo.
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Ausente de mí regreso a mi sitio. Siempre es un placer el regreso y tu abrazo. No seré menos; un beso.
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Reblogueó esto en En Humor Artey comentado:
La ausencia fue un paréntesis. Mientras lo cierro comparto con Uds. mi última poesía publicada en Salto al reverso. Conforma, junto a otras obras, el abanico que pugna por un lugar en la próxima revista. La votación está servida. ¡Pasen y aprecien!
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Muchas gracias y felicitaciones por tu poesía sensible y dinámica.
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