Ven a mí,
verbo conjugado.
No me faltes
ni en la prédica
ni en el predicado.
Líbrame
de los males de la época
y de las profusas enumeraciones
que te soslayan.
Voy a usarte
hasta que ocurra la sequía,
con orden y concierto,
con partitura,
con diccionario,
con esmero.
Llega el tiempo
de imponer
sustancia y esencia.
La acción
cuaja:
vísceras y entrañas.
Precioso.
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Gracias, José. ¡Qué bueno verte también por aquí! Un abrazo.
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Reblogueó esto en En Humor Artey comentado:
Es sencillo.
Puedo pedir algún deseo.
Pero, ¿a quién dirigir la súplica?
La duda se posa en el extremo opuesto a la debilidad.
Abro signos de pregunta.
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Muy bueno! me acuerda de este: https://poemundo.wordpress.com/2014/10/01/para-decirte-que-te-quiero-meta-poema/
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Y la memoria (o el olvido) nos llevan por caminos de lecturas, interpretaciones y recuerdos.
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Preciso. Exacto. Gracias.
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Gracias por esas palabras. Un abrazo.
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Bueno
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Gracias.
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Y si la sequía llega, que florezca la sustancia y la esencia a fuerza de conjugar. Hermoso.
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Así es. Lamémonos a la acción y conjuguemos.
Gracias por pasar y comentar.
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Está precioso, Verónica.
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Muchas gracias, srta. 🙂
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