El hilo rojo


Tiro un poco del hilo rojo

que queda suelto y colgandero.

Aunque me vengan después

con lo bonito del cuento,

con la historia perfecta,

con el lenguaje visual

y con la vida repleta.

Verdad es que te rocé.

Verdad es que te sentí

de una manera especial.

Una chispa se encendió en mis dedos

y fue el epicentro del terremoto peor.

Mis piernas sólo pudieron temblar.

No les quedaba de otra.

No puedo arrastrar ninguna capa terrestre

ni siquiera superficial.

Y aunque traté de esconderme bajo ella

tenía que continuar.

Tú te quedaste inmóvil

y actuaste indiferente.

Así que tampoco nada me pasó.

Nada. Todo producto de mi mente.

Demasiada imaginación.

Y ahora, miro de vuelta

mientras me acerco despacio

hacia donde el hilo rojo

sigue colgando casi deshilachado.

¿Lo cortaste tú? ¿Lo corté yo?

No sé si atreverme a tirar

por si actúa como caña de pescar

y me trae una bota vieja o un calcetín.

 

 

13 comentarios sobre “El hilo rojo

Responder a Merche Cancelar la respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.