Ancestros precámbricos


Un buen día supe

que mi sangre no era solo sangre.

 

Era un efluvio de asteroides

que danzaron con la Tierra

su último tango.

 

Era el néctar de las primeras bacterias

que bañaban a ríos el mundo

de oxígeno fértil y asesino.

 

Era el nacimiento de la Luna

tras su despertar por Tea;

la eclosión de vida repleta

de intentos y de pseudópodos.

 

Era el singular amor de una madre

compuesto de besos y mitocondrias;

era una puerta líquida

a mis ancestros precámbricos,

a cuando todo era joven

y era ruido y furia.

7 comentarios sobre “Ancestros precámbricos

    1. Hola Chris, me ha gustado mucho tu comentario. Y estoy de acuerdo contigo: somos cuerpo y más, porque un cuerpo no es un «mero» cuerpo. Como decía el gran pensador Blaise Pascal, en todo ser humano habita una bestia y un ángel . Somos los elementos más frágiles de la naturaleza y a la vez los más nobles, porque podemos pensar (y cantar) sobre nuestra grandeza y nuestra debilidad. Un saludo.

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