Aunque no la digan,
digan que la pena se ve,
se ve en un vaso triste,
triste, párpado y lleno,
lleno hasta lo invencible,…
invencible y ahogado,
ahogado en un vaso de agua,
de agua triste.
Se llora como vuelan
los pájaros por no caerse,
con la misma lentitud y fuerza
con la que el mar soporta
el peso de un barco,
se llora al ver llorar
a otra gente estar llorando.
Se llora antes y después
porque no se puede
dejar de llorar,
pero de mi parte,
llora con la exclusividad
personal de tu llanto
diseñado por ti
y para cualquier otro momento
que no sea este.
Enrique Urbano
Muy bueno, Enrique.
Me deja esa sensación. De estar bebiendo a sorbos pequeños la pena. De pena.
Un abrazo.
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Muchísimas gracias Gema, un gusto leerte por aquí.
Un abrazo
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