Cambia de voz el día
a la hora que los brazos llueven en flor,
la noche respira lavanda
por el rabillo abierto de la luna.
Del viento cuelga un talismán:
plumas de invierno
y un tacto de miel a la orilla del fuego.
En la punta de los labios un arrebato duerme,
mientras al sol
remozan las risas de las jacarandas.
Precioso 🙂
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en Lengua de Venus.
Me gustaLe gusta a 1 persona