Cuentan que hace mucho tiempo, aproximadamente hace 6500 años (4500 A.C.) nació en las Tierras de Europa septentrional, un dragón de hielo y roca.

En esos tiempos, los dragones poblaban las tierras desde sus inicios así como todos los demás animales que conocemos; tales como lagartos, cocodrilos y los dragones de Komodo. Pero este dragón de hielo y roca, al que luego llamaron «de Acero»; a causa de una maldición con la que nació, vivía solitario y sin manada desde entonces.

De las recopilaciones de la leyenda, se sabe que el destino de la maldición bajo la que estaba dicho dragón, lo arrastrarían a hacer destrozos en las tierras de Egipto y luego a lo que ahora es Alemania en los años 1500 A.C. aproximadamente.

Aquel Dragón en su camino por la vida, tuvo conciencia, y eligió luchar contra el mal, y olvidar la maldición bajo la que había nacido. Pero a pesar de que podía luchar por lo que es bueno, al lado de guerreros fuertes; su maldición estaba sobre él y era perseguido por ello… y por su rareza, pues nunca se había visto a un dragón de hielo y roca…

Hasta que hace 2000 años sucedió un evento que pudo liberar al dragón de su maldición. Y el Dragón aceptó el reto que podía liberarlo. Entonces su maldición fue sellada y el Dragón pudo vivir entre otros como siempre lo había deseado. Y con ese misterioso don que le fue concedido, forjó sobre sí una armadura de acero que ahora forma parte de su propia piel.

Pero luego, 1000 años aproximadamente justo después de que su maldición fue sellada, empezaron las cruzadas en donde muchos fueron perseguidos (incluso humanos como lo cuenta la historia) y los dragones fueron casi extinguidos a causa de la persecusión: los humanos eran acusados injustamente de villanos e infieles y los dragones supuestamente eran símbolo del mal y aliados del demonio.

Fue entonces que muchos dragones tomaron forma humana y fingieron lealtad a los templarios, porque los dragones eran conscientes y no querían derramar sangre al igual que sus perseguidores.

Así, empezó una vida con forma humana en las tierras de España, sobrevolaba las cuidades de Córdoba, Madrid y Valencia. He hizo buenos amigos allí, que a pesar de ver que hablaba como dragón no hicieron caso a la mala fama que los dragones tenían, entre sus mejores amigos una Guerrera de Luz en Valencia y un Caballero Oscuro en Córdoba. Y así, luchaba y se volvía más fuerte, su coraza más dura y su espíritu más noble.

Se dice entonces, que con el tiempo y después de algunas guerras, el tal Dragón de Acero se refugiaba en una enorme torre construida en las costas del norte de Varda y algunas veces sobrevolaba las tierras de Irlanda, Inglaterra y Suecia. Y así, cada vez se volvía más fuerte, pero guardaba su poder y mantenía un perfil bajo para que no descubrieran su proveniencia y no le volvieran a perseguir como dragón, confundiéndole con el demonio.

Pero luego, el motivo por el cual pensó que existía y por el cual su maldición había sido sellada, se fue. Entonces no soportaba más las guerras innecesarias, ya no soportaba ver tanto dolor e injusticia, y el desamor y la indiferencia de la que era testigo en ese mundo hostil.

Aunque al visitar otras tierras descubrió que no todo era dolor y llanto, descubrió que habían otras maneras en que los humanos podían ser felices y podían compartir con quien sea… Eso lo calmó y decidió congelarse por un tiempo allí, en Varda.

Y algún día el Dragón de Acero será desatado para salir de su torre, porque vió que su armadura había llegado a su máxima dureza y tenía un espléndido fulgor a causa de los años consecutivos de trabajo duro y sin descanso que lograron convertir la común piedra en duro y refulgente acero.

Dicen que con esas ataduras de acero no podrá hacerle daño a nadie, y así mismo, ningún arma podrá hacerle daño a él y por fin vivirá en paz con el mundo… ¿Funcionará?

Relato e ilustraciones por:
BLACKSMITH DRAGONHEART