Otro whisky a palo seco,
dijimos,
y nos brotaron metáforas del sobaco,
ditirambos de las cejas
y dos serventesios de cada nalga;
puñaladas de verdad,
humores vitriólicos
y versos de gasolinera.
Nuestras pelusillas del ombligo
cantaron una zarzuela
y se comieron la luna
sin guarnición.
Yo no sabía qué hacer,
así que me rasqué la nuca
y saltó un tropical pareado
de arroz con mango.
Jajaja… Muy bueno.
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Gracias por tu comentario @melbag123 🙂 Me alegra que te gustara.
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Sí, me gustó mucho. Saludos.
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me encanta, me encanta, me encanta!!
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Me encanta que te encante 😀 Gracias.
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