Algunas bocas,
al pronunciar nombres,
inician las primeras olas de invierno,
al otro lado de la emoción.
Se hace burbuja, entonces,
de pellejo extremadamente fino.
Se congela con cada visita
de esas miradas al pasado
que tardan tan sólo unos minutos.
Sin llegar a romperla
—breaking bad.
Es lo suficientemente fuerte.
Es lo suficientemente grande.
Está lo suficientemente llena
con un llanto garzo y salado.
Está lo suficientemente llena
de amor.
Bello poema.
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Muchísimas gracias, Julie.
Feliz día de Reyes.
Besos. 😊🎈🎈🎈🎈🎈🎈
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¡Hermoso! ¡Gracias, Gemma!
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Gracias a ti, Carlos, por el cariño y el comentario. Estamos en casa.
Un abrazo.
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