Cayó mi alma al vacío,
tocó fondo y rebotó.
Apareció una luz compulsiva
que me induce a amar.
Vuelvo a la vida y vuelvo a amar.
Recorre nuevamente
la pasión en mi sangre.
Tiembla y se enfría mi cuerpo,
señal proscrita al síntoma preciso
que diagnostica que he llegado una vez más
a las puertas del amor.
Sin saber ni cómo, ni cuándo,
ni dónde, ni por qué.
Es decir, la enfermedad resultó positiva:
el amor ha vuelto a mí.
Un comentario sobre “El amor ha vuelto a mí”