Entrando en la vida cual tímido en una marabunta de gente, te encontré. Sí, a ti te lo digo, a ti que siempre vuelves, que siempre me impregnas de tu sosiego mediante la brisa de tus hojas, mediante tu olor añejo y eterno, mediante ti.
Yo, que tanto fulguraba, no conseguía cegarte, mientras que tú lo lograste. Entraste en mí, e hiciste que todo en mí fluyera, desprendiéndome de lo truculento, envuelto en hálitos de luz.
Te deseo y anhelo, querido otoño, y ahora que vuelves, no habrá luna que me oculte ante ti.
Firmado: El Sol.
Hermoso. Tanto que tarda el bello otoño en aparecer.
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Mil gracias por tu comentario:).
Un abrazo.
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Otro a ti.
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QUE GUAY EL SOL ESCRIBIENDO, EN PAPEL SE QUEMARÍA, EN ORDENATA SE DERRITIRIA, ENTONCES COMO LO HARÍA. PUES DE LAS MANOS DE DISTUPIAUTOPIKA
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Jajajaja, me ha alegrado la mañana el comentario:). Y eso, que soy un mandado, lo que diga el Sol, yo lo escribo :P.
Un saludo y me alegra que te guste la entrada.
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