A pesar de estar perdido por largas noches en el desierto aún respiraba. Marcos nunca encontró el oasis. Lucía delgado, harapiento, desconsolado. Sus labios en carne viva por saciar su hambre sangraban bajo la imponente superluna. Vagaba aturdido entre las noches sin horizonte. Estaba tan vacío que solo las migajas de su silencio lograron llenarlo.
BLOG SALTO AL REVERSO 
Reblogueó esto en edwincolonpagany comentado:
Para compartir con mis amigos desde el blog artístico de Saltoalreverso. Abrazos…
Me gustaMe gusta
Es patético vivir una ausencia como la de Marcos. ¡Saludos, Edwin!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Cierto amigo, pero es una realidad para muchos. Aunque nos parezca patético. Jaja, abrazos desde el Caribe…
Me gustaLe gusta a 1 persona