Era la noche oscura


Era la noche oscura. Tan oscura que la luna y las estrellas parecían haber desaparecido del firmamento. El calor sofocaba el cuerpo y el alma. Las gotas bajaban confusas. ¿Eran de sudor o lágrimas? La ropa molestaba, la piel más. Los mosquitos se aprovechaban de su cuerpo semidesnudo. Entre los ruidos —plantas eléctricas, grillos, coquíes—, se escucharon unos pasos. Una mano tibia se posó en la espalda de Edgardo. Él se sobresaltó. No esperaba a nadie a estas horas. Un dedo sobre sus labios calló sus palabras. Su corazón comenzó a latir aceleradamente. Sintió la presencia acercarse a su oído pasando su lengua por la oreja. El viento se desencadenó y pensó por un momento que se elevaba. Todo comenzó a estremecerse. El suelo, la hamaca y hasta la columna donde estaba amarrada.

Entonces escuchó una voz que le dijo:

—¡Bú!

Y su corazón se detuvo.

Imagen: https://pixabay.com/en/fantasy-fog-creepy-mystical-mood-2847724/

fantasy-2847724__340

21 comentarios sobre “Era la noche oscura

Somos una comunidad, comenta y responde

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.