Palabras hay muchas, tantas como personas, árboles, aves, animales, nubes y planetas juntos. Y ellos son quienes le dan lo más importante a las palabras: sentimiento.
Porque lo importante no son las palabras, sino nosotros.
Su interior brilla, y siempre brillará, mas nuestra boca unida al corazón con un hilo fino lleno de significado es quien decide el color de sus latidos.
De nada sirve decir palabras por decir, como un actor que solo imita aquello que le mandan, sin pensar en lo que dice. Hay que creer en ellas.
Las palabras siempre están ahí, tratando de colarse en nuestro estómago cada vez que el mundo nos convierte en efímeros niños y niñas.
Porque si una palabra está bien sentida, florecerán margaritas en la piel, nacerán dientes de león en los pulmones, observarán con la ilusión de un niñ@ el mundo; volverán a creer en su corazón.
Y el mundo tendrá más sentido.
«cada vez que el mundo nos convierte en efímeros niños y niñas». Muy cierto.
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Muchas gracias por tu comentario Ulises, me alegra que te haya gustado:)
Un abrazo!
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Llega hasta lo más profundo del alma. Precioso 😊
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Muchísimas Gracias!!😊. Me alegro mucho que te haya gustado:)
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Las veces que mas daño he hecho, han sido con palabras. Y viceversa.
Pero hay que ver lo bueno al mundo y sostenerlo. :]
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Así es:), hay que sentirlas para bien:) y hacer sentir bien:). Gracias por tu comentario y me alegro que te haya gustado dramagico:)
Cuidate
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