
«¡Evoca! Recuerda tu muerte.
Piensa bien lo que fuiste
y lo que nunca serás».
I
¡Comprende! Comprende, alquimista.
Si no la alimentas,
la piedra no crecerá.
¡Nunca! Nunca abandones la obra.
El sol se consume y emana esplendor.
No lo abandones, no lo dejes apagar.
II
¡Completa! Completa la piedra.
Ve y cámbialo todo
con la invariable sustancia.
¡Recuerda! Recuerda, alquimista.
Cuando la paz tú tenías.
Cuando la piedra aprendía.
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