La alarma de incendios de mi edificio está rota. Suena una o dos veces al mes.
Bajamos todos los vecinos en fila, cansados, sin ninguna prisa. Cada vez son más lo que se quedan en su casa sin inmutarse, esperando que pase el molesto pitido y la frase repetida en bucle. Please, evacuate now!!
¿Qué cogerías si se quemara tu casa? —se preguntan. E imagino todo convirtiéndose en cenizas. No lo sé.
Los vecinos, en bata y ya en la calle, empiezan el debate. Y el colgado del segundo A aprovecha para fumarse un piti.
Por mayoría aplastante ganan los álbumes de fotos. Y volvemos a entrar en el portal y a subir las escaleras con la pesadez de la frustación y de la noche a hombros.
Yo, mientras, voy pensando que no tengo álbum de foto alguno. Y decido que a partir del día siguiente voy a pintar el mío. Me propongo dibujar a cada persona importante de mi vida, cada situación, plasmar cada ciudad pasada o presente. Y me voy a dormir con la cabeza llena de fuego y colores.
Pero sobre todo, convencida de que llegado el momento, dejaría que todo ardiese igual.
Al carajo los recuerdos. Al carajo todo.
Me encanta todo, Elvira
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Mil gracias, Marina ❤
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«Y me voy a dormir con la cabeza llena de fuego y colores». Me gustó mucho esa frase y, bueno, me gustó todo también. Saludos.
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Muchas gracias Carla, me alegromucho que te gustase 😀
Un abrazo
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