Observa la orilla la vida que se esfuma,
la que fue vivida y la que no se mueve.
Se van las lágrimas con la espuma
que regresa a las costas de allá enfrente.
Se van las sonrisas en la luz que se pierde.
La tarde apuñala al sol y la noche rezuma.
La vida es la espera observando
la orilla que es penumbra
y que se marcha y que decrece
y se hace invisible bajo el sol que zarpa.
La vida es la zarpa del sol que se anochece
y cubre la mar con su muerte y con su capa.
La vida es la mar que se agazapa
en los recodos del aire que la mece.
Viene la mar y la recibo.
Viene la mar y no se mueve.
Vengo yo y la mar me envuelve.
Ya nos vamos, nos despedimos.
No hay sol matiner ni nada
que se le parezca en esta tarde
y en los párpados me arde
la bandera foradada.
Cuando camine hacia atrás,
no sabré si el mar se muere
o soy yo, que me alejo más
bajo las sombras del muelle.
Alacant tiene algo que se exilia
entre el cielo de la noche y el humo
y ya no sé si yo me esfumo
o si la vida que se marcha es la mía.
¡Excelente! La vida, y tu poema y la poesía en tu poema.
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Muchísimas gracias!
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¡Gracias por participar en nuestra convocatoria «Vida». Tu obra será publicada en nuestra «Antología II». Recibimos correctamente tu formulario. ¡Gracias!
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