
Cuando leo a Wislawa suceden cosas,
sencillas para ser honestos.
Mi mente camina por parajes,
reconoce sus letras de un verdor
capaz de iluminar el sendero.
El olor a pintura fresca
adorna el ambiente de arte en construcción,
te puedes ahondar en el cuadro
cual figura de tres d.
El arquetipo de mis poemas sufre, crece, desarrolla nuevas temáticas.
Triviales someramente.
Profundas a mi sentir.
La escritura necesaria en la mente destiñe,
pasa a ser un sucedáneo del original.
Estas son las mejores horas,
pienso en paz el reflejo de sus notas,
las que he perdido por sostenerme
en la digital vena inspiracional.
Hablo de palabras que busqué
en su idioma,
el de la poesía por supuesto,
desdecir lo dicho
para impostar una voz fresca y sutil.
Tampoco pretende ser un calco
en su andar por la construcción poética, esas son cuitas para filólogos,
lo mío parte por admiración e intuición.
Esto no pretende ser un trabajo,
es vida y el recorrido que nos impone.
La suerte mía fue encontrar en sus poemas
una especie de espejo.
Aún en esta lengua dada a mil ideas y kilómetros de tradiciones y traducciones,
es posible sentirse cómodo e identificado con el exquisito uso de las palabras,
ese río extendido por la tierra de la poesía,
diluye, transfiere y empodera el hermoso lenguaje. Ahí, en medio de esa delta arribo a ver el brillo de sus peces, sus héroes.
Por ella me llamo poeta
Impresionantemente bello
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Muchas gracias Pilar, vengo leyendo a Wislawa Szymbroska desde hace mucho y es un aprendizaje hermoso.
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Sin duda, y tú lo has transmitido tan bello como lo sientes. Felicidades!!
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