
Estoy y no estoy.
Vivo y soy los extremos.
Muero y me vuelvo los medios.
Me veo al espejo y,
al no verme, me doy cuenta
de que existo y que no.
Me percato,
al ver mi cuerpo desgastado,
de que estoy muerto y vivo.
Y veo que soy un ser capaz
de una gran bondad
y de una muy afilada crueldad.
Brillo y no brillo.
Curo y enveneno.
Amo y no amo.
Por años busqué definir
a qué extremo
pertenecía yo.
Tomó mucho tiempo saber
que la verdad estaba
en todos y en ningún lado.
Me encanta Donovan.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Humildes gracias, amiga Melba. Me alegra que te guste 😀
Un abrazo desde esta dimensión.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un abrazo desde la mía.
Me gustaMe gusta
👏👏👏
Me gustaLe gusta a 1 persona
🙂 gracias. Saludos afectuosos desde esta dimensión.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Excelente poema y reflexión. Uno suele ser tantas cosas a la vez que no se puede estar en un extremo siempre. ¡Saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona