Yo estaba por irme de La Paloma, tomando café entre el olor del fin del verano y el calor tardío de marzo. Hacía mucho que no escribía ni leía más de media hora por día. Me sentía como solo se puede sentir un hombre al que le dieron mal la dosis de la anestesia general y se da cuenta de que no se da cuenta de las cosas. Decidimos, con mi tía y mi novia, ir a una venta de garaje a ver si encontrábamos porquerías para comprar. Enseguida fui a la parte de libros, había algunos sueltos pero nada me cerró, decidí, en cambio, comprar uno de los paquetes apretados con nylon, entre los cuales había casi veinte libros por unos cincuenta mangos. Me fui contentísimo con mi compra, la tarde agonizaba en destellos rojos en el cielo mientras nos íbamos en el jeep.
De noche, decidí ojear los frutos de mi inversión. Había libros de Rodó, uno sobre ciencia y tecnología, sexualidad infantil, de la dictadura, hasta que al fin vi uno que me llamó la atención: ¿Qué es la filosofía? de una serie llamada ABC de conocimientos sociopolíticos. No parecía nada más que un manual de filosofía, que trata los mismos temas de siempre y, aunque útil, manual al fin. Lo empecé a recorrer y me di cuenta de que estaba equivocado. Lo primero fueron los nombres de los autores, L. Korshunova y G. Kirilenko. Lógicamente, pensé en Rusia, pero al ver la fecha de edición (1986) me di cuenta de que este era un libro de la URRS. Fui hasta el final del libro, y encontré una nota que me sorprendió mucho. Decía así:
Al lector:
La editorial le quedará muy reconocida si le comunica usted su opinión acerca del libro que le ofrecemos, así como de la traducción, presentación e impresión del mismo. Le agradeceremos también cualquier otra sugerencia.
Nuestra dirección:
Editorial Progreso
Zúbovski bulvar, 17
Moscú, URSS.
Me conmovió este mensaje, ya que sinceramente no había visto un espíritu colaborativo tan explícito en ninguna editorial, cuya postura, en mi experiencia, suele ser: «Si estás leyendo el libro es porque ya lo compraste, por lo tanto nos chupa un huevo lo que opines». En 2019, Rocha, Uruguay, me sentí parte de una editorial en un país que ya no existía. Mi novia decidió usar Google Maps y entrar la dirección que tan amablemente me había sido proporcionada para contribuir a la difusión de la filosofía. A día de hoy, en Zúbovski bulvar, 17, Moscú, Rusia, hay un Burger King. Y al lado un KFC. A todo el romanticismo lo sustituyó rápidamente el sabor de una steakhause y el olor abrasivo del pollo frito. Quiero pensar, que de vez en cuando Korshunova y Kirilenko se juntan en ese Burger King y, Pepsi mediante, discuten sobre el materialismo, el capital y la revolución.
Me ha encantado la entrada, con una nostalgia que chorrea como agua en la viejas gárgolas de las catedrales góticas
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Muchas gracias Julio! Abrazo grande.
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Pedro! Dime que es real esto. No sabes las ganas que tengo ahora de encontrarme un libro de un país que ya no existe.
Maravilloso relato.!
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Si, es real! La realidad supera la ficción, fue muy bueno el momento.
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Wao.
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