No todo se alivia con llanto.
Me voy quedando solo
como una palabra en desuso
que nadie recuerda.
No me sorprende
que me haya convertido
en cronista de mi derrota,
arrepentido hasta de pensar.
En el espejo veo a otro:
a un extraño que no usa más su sonrisa
y para quien el silencio
es su nueva manera de hablar.
He dejado un montón de cosas en el camino
que con tu ausencia pierden su valor.
Es curioso, hay más cosas que quiero olvidar
que las que deseo recordar.
No quedan más asuntos que resolver.
Me voy quedando solo;
el tiempo se diluye
y estoy tan cansado.
Hoy es el último día con sol.
¡Sencillo, pero conmovedor! y cierto: «No todo se alivia con llanto»
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Un gusto tenerte por aquí Ahuanda. ¡Gracias y saludos!
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