Y los árboles no podían taparlo
en la selva de noches y palacios.
El idealista, sofocado, solo veía rocas
imaginando muertes,
y lugares de náufragos.
Él tenía zapatos que se lustraban con sangre;
ella, un mundo de mareas,
enérgica y buscando sus ríos,
donde se hacía nueva la cara cuando se abrazaban,
llenando las habitaciones de luz,
era todo nuevo y larga su melena.
Ese día miró arriba, a los atardeceres lunares
sobre los tejados de un planeta lejano.
Bellos versos!
⚘
https://poetasenlanoche.wordpress.com/
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Gracias por verlos bellos, y también por poner el enlace a tu página para poder leer lo que escribes. La busque desde tu biografía pero no me llevaba a ella.
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Si, me está dando problemas la página, por eso pongo mi enlace.
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