Una fría y solitaria tarde en el puerto…
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Y también llena de paz y armonía.
Precioso!!⚘
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Muchas gracias por tu comentario, me alegro que te guste. Saludos.
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De su atardecer las velas de rayos del sol triste,
desde su mirada de un ojo en pie y el otro libre
para en su encanto multicolor plasme los anaranjados, que vengan los salmones dormidos ya,
hasta el pestañear del último rayo infeliz.
De sus horizontes en vela una tarde no es cualquiera cuando coges la paleta y empiezas sin flash a retratar mil veces el sol cortado en rebanadas de miel, ante la quietud del mar, sombra de las sombras se traga la luz para noches de estrellas sin mar.
De la paciencia de Eikon ante la cámara lenta de la vida, hasta los negativos inexistentes en este mundo digital, lleva tus terabytes robándole el alma a cuanto sol ves aparecer prístino con aires de dios e inmortalizas su inmortalidad fresca de atardeceres lánguidos de espera.
De eso estás hecho detrás de la lente, de luces y no luces, de sombras grises en su escala hasta negros y blancos en una tela con el gramaje del celuloide o la memoria llena, de eso y mucho más la sapiencia en esta fotografía con sabor a mar, con sabor a vida, con sabor a triste alegría,
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Muchas gracias por tus palabras, muy motivadoras. ¡Abrazo grande!
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