De nuevo se alzan grúas,
fantasmas y ciegas prostitutas de lujo.
Blancas estatuas caen de puentes de hierro.
Qué verdad para las masas,
la vida vuelve a chillar y nos alcanza.
Pero las paredes las necesitamos tan gruesas como en Troya.
A pesar de que llegará a todos los lugares el fuego.