Luego de entretenerse con las horas las guardó en su cajón de juguetes. El dios niño no era consciente de sus poderes.
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Yo soy católico, pero me encanta la idea de un Dios niño que juega con el mundo. que puede hundirlo en un bote de agua y ahogar a todo el planeta, o prenderle fuego con soplete parte por parte. Saludos!
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Me permití ser irreverente y puse en suspenso mi formación religiosa. Por eso, invoco a un dios con minúscula, travieso y juguetón.
¡Saludos y gracias por comentar!
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:]
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Hay un poema bellísimo de Jaime Sabines que habla sobre un dios torpe y travieso, como un niño. Lo dejo por aquí 😉
Me encanta Dios. Es un viejo magnifico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega. Y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna y nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.
Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero eso a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo- la vida sea para siempre.
Ahora los científicos salen con su teoría del Bing Bang… Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.
A mi me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los anbióticos- ¡bacterias mutantes!
Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.
Mueve una mano y hace el mar, mueve otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.
Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira.
Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja.
Dios siempre esta de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.
A mi me gusta, a mi me encanta Dios.
Que Dios bendiga a Dios.
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Ohhhh… Me ha encantado. Gracias por compartirlo en esta entrada. La engalana.
Un abrazo. 🙂
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Es uno de mis poetas favoritos, te lo recomiendo mucho. Abrazos de vuelta Verónica.
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Reblogueó esto en Estación de microsy comentado:
Cada bing bang alberga su contrario
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