Es tan amarga como un café en silencio.
Pesa en alguna parte del ser.
Es un insolente recordatorio de que el día comienza sin sol.
Anega los ojos de agua y va vaciando el corazón de a poco.
Te mantiene en un estatus de inmovilidad permanente.
Hay mil piezas, pero ninguna de ellas encaja.
Los recuerdos necios son como preguntas abandonadas.
Es sufrir un ataque de rabia en calma, mientras la noche se consume
y das diez mil vueltas en la cama y ya no hay nada.
No es veneno, pero mata.
Se alimenta de minutos y crece… y crece.
Esta tristeza me impide olvidar tu nombre,
solo porque eres tú quien la causa.
La canción la olvido.
La foto la rompo.
Las mil lágrimas las lloro.
Pero ¿quién me quita esta tristeza?
Esta
maldita
tristeza.
Reblogueó esto en Palabras Comunesy comentado:
Les comparto mi colaboración de este mes en Salto al reverso.
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Triste, pero bonito y bien escrito👏👏
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Agradezco muchísimo tu comentario. ¡Saludos!
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Sobre la tristeza escribí estas líneas hace unos años: “Estoy llorando lágrimas de chocolate, para que cuando te comas mi tristeza, seas feliz”. Lindo tu poema Carlos. Abrazo grande.
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Que amable, Ahuanda, muchas gracias. ¡Abrazo!
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👏👏👏👏👏precioso!!!
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¡Muchas gracias de nuevo!
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