Ten alguno entre tus manos,
carga tu minutero y sigue
tu camino hacia el mar, lago,
bosque o montaña.
Señala voces que te susurren.
Aunque haga falta una línea
mal delimitada.
Corona tus cabellos
de las hermosas florituras
que germinen de él.
Sopla y pide un deseo
para que en algún lugar
haya uno buscándote.
Quizás tengas suerte
de encontrar a quien
te cambiará la vida
de historia.
Un comentario sobre “La buena vida de un libro”