Por Anauj Zerep
La luna presagia soledad infinita, es mudo testigo del ave que llora.
Las zarzas maduran sus frutos y espinas.
La noche silente acompaña el río y su murmullo, rompiendo el embrujo del ave que canta llorando su pena.
Ave nocturna, has nacido libre y tus alas en pleno la luna cubrían.
De tus noctámbulos ojos néctar amargo derramas.
Has caído en los brazos que te acarician, sin imaginar el #SaltoAlAislamiento que tu alma daba.
De sus besos y caricias cautiva ya vives, te has vuelto diurna.
La jaula abierta está y, sin embargo, no puedes volar.
Así pasarán los minutos, las horas, hasta los años.
Seguirás deseando por las noches volar, de tus ojos una lágrima rodará al recordar.
Seguirás cautiva en libertad, el amor no te dejará escapar.