
«Ogień» por Artur Rydzewski (CC BY-SA 2.0)
Decadente y apagado,
mi cuerpo pide energía
prestada al mejor postor.
No cuestiono, acepto
el don que me otorga
la oscuridad que me habita.
Luces rojas brillan,
el reloj es superado
y el cuerpo sacrificado.
Y solo escucho estas palabras:
“Todos los días es de noche”.
“Yo solo sé morir”.
Pingback: Energía prestada | Donovan Rocester
Pingback: Energía prestada | Editorial Sabotaje