
Vete. Aléjate de mí, que no quiero volver a verte. Me haces daño, me hiciste daño y, si no te largas, me harás más daño.
Ríndete. Destruye los recuerdos que te atan a mí. Busca a la salada de tu exnovia, haz una vida con ella, pero no me vuelvas a llamar.
Escúchame bien: no eres nada, no soy nada y no volveremos a ser nada. Lamentablemente para mí, no hay botón de delete en esta vida, ni opción de hacer el #ReversoDelTiempo que me posicione en esa tarde de abril, en la que no tenía fuego y tú te acercaste a encender mi cigarrillo.
Un comentario sobre “Delete”