La inquietud
se resuelve en murmullo.
Un rumor de pantallas
proyecta insomnio de trasnoche.
Esta sorda distancia
funde a negro.
No sabemos nombrar el futuro.
La inquietud
se resuelve en murmullo.
Un rumor de pantallas
proyecta insomnio de trasnoche.
Esta sorda distancia
funde a negro.
No sabemos nombrar el futuro.
¡Fulminante!
“No sabemos nombrar el futuro”. Brutal
Me ha encantado, Verónica, como siempre
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Comienzo a pensar que el futuro, entre otras cosas, es una cuestión de fe. Muchas gracias por detenerte en esta entrada y comentar, Vicky.
Un abrazo.
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Abrazo enorme.
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Reblogueó esto en Web de Vero B y comentado:
¿Vendrá? ¿Será como lo imaginé? ¿Qué sabor tendrá? un puñado de preguntas, incertidumbre, expectativas
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Absolutamente elegante este poema…
Recuerdo esas televisiones antiguas que a veces te permitían ver la imagen pero llena de interferencias que llamábamos niebla. Niebla de futuro.
Enhorabuena por el poema..Saludos
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Niebla de futuro. Gran metáfora. Recuerdo esos aparatos de televisión y las interferencias. A veces la solución radica en orientar la antena. Otras, en jugar con la imposibilidad y adivinar las formas.
Un abrazo.
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Así me siento por las noches al apagar las noticias, cuando de verdad me preocupo por el futuro. Excelente tu poema, amiga, como siempre. Beso.
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No tengo recetas ni consejos. Sólo comparto mi experiencia. Mantenerme alejada de las pantallas disminuyó mi ansiedad notablemente. ¡Quién tuviera un niño para jugar! Te abrazo mucho, amiga mía. Ojalá pasemos de futuros negros y pensemos en él con la esperanza de las infancias felices.
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