
Pulula prudentemente,
buscando almas, bocas, manos;
a aquellos seres humanos
cuya esencia, cuerpo y mente
la implementen hábilmente.
Pues, para lograr trascender
y su gran poder encender
debe, con actos u objetos,
llegar hasta otros sujetos
y alguna emoción conceder.
De aceptar y abrirle paso,
si algún resultado es cierto,
es lo que llaman fracaso.
Pero transcurrido el caso
habrá luz tras el ocaso.
Y, gracias a esa oscuridad,
potenciará su intensidad
mientras nos deje enseñanzas
para futuras andanzas:
resiliencia y humanidad.
¿Por qué atrevernos a hacerlo?
Porque cuando intentemos crear
nos permitiremos recrear
—sin buscarlo, sin saberlo
y aunque no podamos verlo—,
la libertad original
de aquel estado virginal
en que a este mundo llegamos.
Si en la Gran Magia confiamos,
¡todo vuelve a ser marginal!
Inspirado en el libro «Libera tu magia», de Elizabeth Gilbert.
5 comentarios sobre “La Gran Magia”