Amanece un día
como tomando sorbos de niebla.
Sigo pensando en la pasión sin heridas
y la fragancia que me despierta.
Consigues desconectarme de miserias,
o del paso contundente de la vida.
Sigo en la orilla del mar
donde el cielo de pizarra se abre
y tú me desenredas de toda la arena cotidiana.