
Los dioses se han ido.
No hay quien aguante el peso del mundo
sobre hombros ausentes.
Me asomo al desfiladero.
Esa grieta ancha donde nadie escribe
se parece al infierno.
Los dioses se han ido.
No hay quien aguante el peso del mundo
sobre hombros ausentes.
Me asomo al desfiladero.
Esa grieta ancha donde nadie escribe
se parece al infierno.
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Sin palabras y el vacío
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