Podría notar su fuerza
cuando se desliza
entre la arena
y su piel quieta.
Mas para mi asombro
veo llevarse el paisaje,
ella y mi horizonte
en elipsis transparente.
Llega la tarde
cuando a la luz
su oscuridad es fría,
se mece o yo con ella.
En un instante de paz
no me deja subir,
la escucho rugir
con la belleza de la muerte.