
Tus muslos huelen a fruta,

tus pechos a pan dulce

y de tus labios rebosa almíbar.

Esta gatita muere por beber
las leches de tus fuentes.
Logré capturar el tiempo en un instante:
robé una imagen fija de la realidad
solo para obtener una descripción exacta
de aquello que separa la fantasía de la verdad.
Es la explicación de la belleza concreta,
refinada y despojada de todo lo banal.
Sobriedad visual que juguetea con la sensualidad
como lo haría la luz con la oscuridad.
¿Cómo describir la fuerza que emana desde una dimensión?
Líneas que hipnotizan y transportan a un lugar mejor:
a un laberinto delineado por un elegante color.
De repente, aparece una galaxia con dos soles que emiten luz sin piedad
y ejercen una irresistible atracción de la que no se puede escapar.
Aventurarse a explorar ese universo a pie
orbitando definidas trayectorias curvilíneas
que detonan una deliciosa explosión cósmica.
Pulverizado y confundido con el perfume estelar,
abre los ojos este insolente cosmonauta;
es hora de poner los pies en la tierra
después de viajar a través de las estrellas,
e inventando nuevas teorías de astronomía
en un ciclo eterno seguiré mirando
tu fotografía.
El invierno congela heridas
duelen más
se expanden menos
En el reino
nadie reina
el silencio impera
pensamientos que ya no eran
de esta era
pretenden un silencio interno
por esas alas
que ya no vuelan
La excusa del frío
que hiela
el calor
que arde
sin necesidad de hogera
La vida
es eso que espera
un silencio
repleto de acciones
sin pensamientos
o viceversa
Mi vida
ya no recuerda
espera
No sé
si vivo para dentro
o para fuera
Quiero acabar con todo de golpe, arrancar del calendario las hojas de mi vida hasta llegar a la última, aunque esté en blanco. Terminar de escribir unas odas sin sentido y callar mi canción desafinada. Quiero matar al horizonte vago que prometió replantar en mi ser nuevas victorias, triunfos incomparables y solo fracasos veo. Llévame muerte al silencio eterno Donde nadie reparará si existo o no. Arrástrame, destrúyeme, tírame al fondo del mar, no sé nadar, será fácil. No prestes atención a mis lágrimas, no son de miedo, son de dolor.
Creo que me evito
envío situaciones a un convicto
sin convicciones
cansado de sudar días
meses
años
La vida es relativa
la libertad puede ser una hoja
con sus estaciones
Renacer
florecer
caer
volar
Ser sin ver
saber que nada es estático
que nada se destruye
solo se transforma
a pesar de las normas
No me encuentro
me extraña ver un reflejo
y todavía reconocerme
Aunque ahora me reconozco
cuando lo piso
y todo se mueve
y nada es lo que parece
¡Gracias!
Porque me encuentras
y me levantas
en mis peores momentos.
¿Qué haré cuando no estés?
Seguramente
lo que pensaba hacer…
Si ahora creo
en el cosmos
en la energía,
es por ti.
A la distancia me ayudaste
más que los que están cerca
y aparentan redención.
Tu ayuda verdadera
me levantó.
Sin rodeos ni excusas
me ayudaste.
Por ti conozco el valor.
De ser herrero,
me convertiste
en guerrero.
Gracias a ti
volví a la vida
y tengo ganas
de volver a luchar.
Y «arde cual dragón
hasta que mi vida se extinga»
no deja de ser mi lema.
Seguiré ardiendo,
solo que mi vida
va a tardar en extinguirse.
Porque ahora tengo tu energía.
Y por una vez
encontré en el abrumador ruido
paz
tranquilidad
Sentir que incluso la rapidez
deja de confundir
porque tus pensamientos son más veloces
entender que el equilibrio no está
solo en el silencio
sino en cualquier lugar
donde dejes de pensar
Golpes sonoros
en una mente acelerada
no duelen
Cacofonía sin pretensiones
sin palabras que escuchar
direcciones aisladas
en un corazón
con latidos mudos
Así me hallé
en un ruidoso silencio
relajado
expandido
con ganas de más
a pesar de saber que era suficiente
Me fui
no sé si porque quise
porque era suficiente
o todo lo contrario
Como dijo Hovik
las palabras
las inventó el ser humano
como la sociedad
y un eterno amor odio
reiterados ciclos antagónicos
para poder existir
hasta encontrar el equilibrio
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