Si hubieran existido los móviles
en junio del 88
tendríamos foto de la pizarra verde
llena de despedidas blancas
escritas a mano
a medio camino
entre la alegría y la melancolía.
Si hubieran existido los móviles
en la clase de 8°
la pizarra no habría sido verde
ni tendría tizas blancas
ni hubiéramos leído
con tanta emoción
lo que nuestros amigos
-hasta entonces de pupitre-
en letras y sonrisas nos dedicaban
al tiempo que el verano
por las ventanas se colaba.
Debe estar conectado para enviar un comentario.