La inspiración,
brinca de pronto a mis alacenas,
emprende la búsqueda emocionante,
a paso feroz y con hambre en la visión.
La adrenalina,
viaja por las venas en mi rostro,
juega al sube y baja por todo mi torso,
invade las censuras de mi ira,
me hace danzar en un vórtice,
de vida y poesía,
movimiento.
La consciencia,
suaviza el proceso y desacelera,
encoge los hombros y al norte difumina,
coloca el peso de la realidad en tus zapatos,
te escribe el relato de un hecho y no las fábulas de lo cotidiano,
te pesa.
Y en su valor cualitativo te brinda equilibrio,
aquél que solo obtienes en la cumbre de la madrugada.