Escribe en un minuto un poema que diga: que calle, que lata en trece palabras; que caiga como pétalos de cerezo, que produzca hormigueo, que flor de tilo y mares en furia y semillas creciendo. Escribe con sutura de doctor palabras que nunca se besarían; que no sabes decir, que solo rozas como brisa y aran su olor en la memoria, y que te hagan sentir que tienes alma. Escribe por ejemplo: He salvado un gorrión en un garaje. Cuando lo cogí me acordé de ti. Regué árboles en verano. Lo demás no importa.
Etiqueta: alma
Hay días…

Hay días en los que el alma pesa, la vida duele y los pies no avanzan.
Esos días en los que, queriendo, se corta el aire, se alarga la sombra, el grito se ahoga.
Hay días en que se espera la noche como el desenfreno del mar golpeando las rocas.
Días en los que te amo y no te tengo, madrugadas que hielan un deseo sin cuerpo.
Hay días donde las nubes se ocultan, el sol es etéreo y la lluvia no moja.
Esos días llenos deshojando las horas contigo pero sin ti, a destiempo…
Lánguidas, indomables, rotas.
Hay muchos de esos días, tantos como heridas.
Carta a una adolescente

Recuerdo, hace doce años, pasar toda una tarde atesorando un secreto gigantesco. Horas después, el secreto dejó de ser secreto, y lo supo todo el mundo porque te habías convertido en una bella y nutrida realidad. El plan de trabajo no era sencillo: darte calor, protegerte del sol y alimentarte. Los días pasaron borrachos de la velocidad del alma. Nada de lo que había hecho yo anteriormente se podía comparar, ni en extensión ni en importancia, a ti.
Han pasado doce años.
Ahora has eclosionado; ahora eres una persona con la que me río, discuto y comparto y tú me alimentas, me das calor, me proteges del sol.
La Vie en Rouge
Bajo el destello de esta luz
que abraza el sueño de mi playa,
desnudo la mañana de cordura
y me visto de ti,
a una distancia demasiado calculada,
lejos de mí.
Entre ese espacio
en que me habita tu silencio
y un tiempo deshojado,
muero de ti.
Bajo este cielo carmesí
que a veces compartimos,
rasgo las horas
y trazo un plan soñado
entre tus ojos y los míos.
No me ves,
respiro entre tus labios
y acaricio ese momento
con el beso traicionado
que soplo en el espejo.
No invoco tu presencia
para amarte,
me abraza la ilusión
de imaginarte hoy,
en la aurora que contemplo
y que cincela este pecado
en un hueco de mi alma.
Y en el rojo que se escribe
en aquellos días de vino y rosas,
de calor y largas noches…
conjuro la orilla de este mar que se llevó tu nombre.
Mi eterna primavera
es hoy el recuerdo de tu voz,
y tu risa…
ese aire fresco que me falta.
Vivo sin ti en esta playa desierta
que transito,
y en este mar embravecido que ahoga
el grito de mi corazón,
sabes y sé…
que vivirás siempre conmigo.
Canción al revés
Imagen: Michael Maasen
Estoy a un nombre de conocer tu paso,
y tengo en la punta del alma el suave ronroneo de tus labios.
Te duermo en cada amanecer, cuando el susurro de la luna despierta el día,
y en cada pincelada de café,
remuevo aquel color con el que te beberé sin prisa.
Deseo morir, gozar al fin una vida eterna de quererte,
pisando la cima de aquel beso nevado que me asomó al infierno.
Hoy te imagino en este mundo invisible,
luchando en este duelo a punta de placer,
desde donde unas líneas ausentes de sonido,
reescribo esta historia hecha canción, sin ritmo y al revés.
Principado

Inventé una nación entera,
en la frontera de mi corazón y de mi alma,
con sus montañas, edificios y sellos postales.
Un lugar en el que las sombras no existen
porque nos reflejamos gatos.
Donde besamos tu mano
todos los hombres y sus reflejos-gato,
para rendirte culto,
para obsequiarte flores.
Una nación para tu principado,
donde por siempre seamos gatos,
donde por siempre seas (mi) princesa.
Palabra que arde

Esa mirada que acecha
es deseo crepitante
sobre las brasas prendidas
de la palabra que arde.
Aquella que me desarma
y amenaza con matarme.
Aquella, la impronunciable,
por dolorosa y salvaje.
Me impulsa a perder la vida
por el riesgo de besarte.
Tu boca es un cruel ardid
que eriza mis consonantes.
Y el fuego de mi ceguera
enmaraña las vocales.
Hoy te escribe la ceniza
de mi alma prisionera.
Es amor, amor, amor...
El nombre de esta condena.
Debe estar conectado para enviar un comentario.