Presentamos los resultados de nuestra convocatoria para la Antología III de Salto al reverso con el tema «agua». Agradecemos a los autores que participaron en las dos secciones de la convocatoria con sus obras. Más información, aquí: «Agua»: Convocatoria para la Antología III.
Las siguientes obras aparecerán en nuestra Antología III a publicarse en enero de 2023. A sus autores se les solicita llenar un formulario de permisos en el siguiente link antes del 17 de octubre:
Agua de lágrimas con peces – Danilo Astudillo (ilustración)
Guerreros elementales: Los Agua – Blacksmith Dragonheart (ensayo con ilustración)
La antología será publicada en enero de 2023 y estaremos en contacto con los autores de las obras seleccionadas vía correo electrónico una vez que llenen el formulario de permisos.
¡Muchas gracias a todos por participar!
Imagen destacada: «Agua», derivada de la obra de CK Yeo (CC0).
Imagen: Playa Sector Piñones, Municipio de Loíza, Puerto Rico. Tomada por Mel Gómez 14/octubre/2022
Vengo de un país rodeado de agua por todas partes. Sí, de una isla. Todos mis recuerdos están asociados con algún cuerpo de agua: el mar, el río, el lago, la quebrada, la cascada. Mis diversiones también: la bañera con patitos, la piscina en el patio, o el agua de la manguera con la que mi madre nos mojaba en días intensos de calor. Tan pronto ella abría el grifo todos los niños de la calle corríamos a brincar en el charco que se hacía frente a nuestra casa. Aquel líquido fresco que nos aliviaba, siempre iba acompañado de la frase «¡¡¡Hombre al agua!!!», enseguida el chapuzón y después el chapoteo. Los gritos se escuchaban por el vecindario y todos salían a reírse por nuestra algarabía. Terminábamos muertos de hambre y los hombres enseguida preparaban la barbacoa y parecía que estábamos de cumpleaños. ¡Qué felices eran esos días!
Me llamo Juan Adolfo García Colón, todos me dicen «Juancho». Tengo diecisiete años y todavía no me gradúo de la escuela superior. Mi familia espera con ansias que anuncie a cuál universidad pienso ir el año próximo, pues no tengo otra opción, según ellos. «Estudias o estudias para que te hagas un hombre de bien», me repiten. Sueñan con que me vaya a alguna institución de prestigio en los Estados Unidos y cuando me opongo por la distancia dicen: «O tú cruzas el charco o nosotros lo hacemos, así de sencillo». El bendito charco es nada más y nada menos que el Océano Atlántico, sencillito… Claro.
Hoy quisiera morir. Después de una vida tan nefasta, sé que no me entenderán por lo corta que parece ser, no quisiera salir de ella sin la preciosa compañía del agua. Y ustedes se preguntarán el porqué de este súbito deseo. A pesar de los sabios consejos de mis padres me junté con personas que no me convenían. Y no fue porque necesitara dinero, mis padres todo me lo daban, hasta un carrito que me llevaba a dónde quisiera. No sé qué estupidez cruzó por mi cabeza que me metí en semejante problema. Ahora les debo miles de dólares, que no podría pagar ni trabajando cien años, a unos rufianes que andan buscándome porque no pagué la mercancía que me confiaron. Nada más de pensar lo que me harán, prefiero morir plácidamente bañado por las aguas mansas en cualquier punto de mi tierra, pero como soy un cobarde, no me atrevo.
Aunque pienso que mi familia estará más tranquila si reúno el valor. Dirán que fue un accidente y no estarán años torturándose sobre cómo fueron mis últimos momentos: si me secuestraron, si me torturaron, cuántas heridas punzantes tengo, o si me cosieron a balazos.
«Ring, ring, ring». Número no identificado. No contestaré. Seguro que son ellos y es mejor que ni sepan dónde estoy. Sé que no me podré esconder eternamente. Todos conocen la casa de la playa. ¡Dios, estoy tan nervioso! Apenas puedo agarrar un vaso, el contenido cae al suelo irremediablemente. Tengo nauseas, la verdad, ganas de vomitar, y estoy seguro que en breve hasta diarreas me darán. ¿No es mejor morir a esta pesadumbre? Si solo tuviera los huevos para acabar con esto.
¡Ay, no! Espero que a mi hermana no se le ocurra usar mi carro. Puede ser que la confundan conmigo y mi terrible suerte la tendrá ella. ¿Qué digo?
—¡Marisela!
—Oye, ¿dónde andas?
—Salí.
—Estúpido, eso ya lo sé. Es que andan buscándote unos señores muy raros. ¿En qué andas metido? Cuéntame. No diré nada.
—No ando en nada. Tú siempre con tus cosas. Deja de estar mirando series de mafiosos. Solo te llamé para decirte que no uses mi carro porque tiene un problema con los frenos. ¿Ok?
—Juancho, estás muy raro hace días. Sabes que cuentas conmigo.
—Lo sé. Debo colgar.
—Pero no me has dicho… Colgó —dijo para sí.
Ya, lo que me temía, me andan buscando. No pasará mucho tiempo antes de que me encuentren. Todos saben de la casa de la playa. Tengo que salir de aquí. Supongo que estoy en uno de los primeros sitios a dónde me vendrán a buscar. Iré al centro de la isla, a la montaña, por los caminos vecinales, cerca de los ríos las cuevas. Nadie me conoce por allí.
«Ring, ring, ring». El mismo número. Las piernas me tiemblan. Aquí hay un arroyo. Voy a detenerme un momento para tomar un poco de agua, a ver si me tranquilizo un poco. Qué bueno que mamá siempre tiene un vaso en el carro. ¡Ah! Deliciosa. Voy a extrañar a mamá. Mucho.
Lo malo de vivir en una isla es que no tienes a donde ir. Vas de un lado al otro y siempre encuentras agua. A menos que tengas un bote o un avión privado, que no es mi caso, no tienes a donde ir. Das vueltas y vueltas como un ratón en su rueda y no llegas a ninguna parte. Solo hay agua.
«Ring, ring, ring». Mejor tiro el celular por la carretera. Así no lo escucharé más. Hoy es el día. Ya no puedo esperar más. Si fueron a mi casa, están muy cerca de encontrarme. ¿Se atreverán a hablar con mi papá? Pobre, se moriría de vergüenza si sabe que ando en malos pasos. Tanto que me lo dijo. ¡Qué tarde se me ha hecho para aprender!
—Juancho…
—¡Pocho!
Volteo a ver. No puede ser. ¿Cómo me han encontrado?
—¿Creías que no te encontraríamos? Se te olvida que tu celular tiene una aplicación de GPS. Lo tengo intervenido hace tiempo, por si acaso. Tú sabes… seguridad del negocio.
Traté de correr, para un lado, me interceptó uno de sus hombres. Para el otro, no tuve escapatoria. El terror empezó a calar mis huesos.
»¿Dónde está mi dinero? —pregunta el jefe.
Acabemos con esto, me propongo.
—No lo tengo. ¡Ugh!
Sí que me ha dolido ese puñetazo en el estómago.
—¿No lo tienes? ¿Y la mercancía?
—Tampoco, Pocho. Me la robaron.
—¿Cómo que te la robaron? ¿Quién te la robó?
—No me di cuenta.
—¿No? Entonces darás un paseo con nosotros. Ya verás como te regresa la memoria.
Los hombres se miran sin hablar, aun así, se entienden muy bien. Supongo que no necesitan palabras, conocen muy bien sus horribles pensamientos. ¡No! Este camino se parece al de mi casa. ¡Van hacia mi casa!
—¡Les diré! Les diré quién me robó la mercancía, pero por favor, no vayan a mi casa.
—¿Ves cómo te volvió la memoria, niño? ¿Quién la tiene?
—Mi exnovia. Discutimos y se la llevó.
—Ajá… ¿Cómo que se la llevó?
—La echó en un bulto que traía y no me di cuenta hasta que la busqué para regresártela, Pocho.
Ya se me nota la desesperación en la voz, se me están saliendo las lágrimas. Tengo sed, quiero mucha agua. Tiemblo de pies a cabeza. Me estoy cagando de miedo.
—¿Y no la fuiste a buscar?
—Sí, pero ya no la tenía.
—¿No? ¿Y qué hizo la putita con ella?
—La vendió… ¡Ugh!
No me peguen en la cara. Mis padres no van a reconocerme. ¿Por qué no les hice caso?
—Bien, ¿dónde vive?
—No, Pocho. No le hagas daño.
—Sabes que la voy a encontrar. Economízame el trabajo —dijo socarrón.
Como andan las cosas mejor que pase el trabajo. De esta no salgo. Mamita, perdóname el mal rato…
—No diré nada. Acaba con esto.
—No tan fácil, niño.
De nuevo mira a los otros y ríen a la vez. Me tapan la cabeza con un saco negro. Seguimos en la carretera como por treinta minutos. Siento que vamos por una carretera de piedras y el auto se detiene al ratito. Me toman del brazo y me sacan del carro empujándome. Abren una puerta, lo sé por el chirrido de los goznes. Vuelven a empujarme para que entre. Me amarran las manos a la espalda.
—Juancho, ¿dónde vive tu exnovia?
No contesto y metieron mi cabeza en un barril lleno de agua. ¡¡¡Hombre al agua!!! Me mantuvieron sumergido hasta que no podía respirar. Ya no me parecía tan buena experiencia la presencia del agua. Me sacaron, tosí, vomité y me hice en mis pantalones. Repitieron la pregunta. ¡¡¡Hombre al agua!!! Y al agua una y otra vez. Una y otra vez, hasta que me desmayé.
Cuando volví en mí me encontré caminando en la carretera rumbo a mi casa. ¿Habré dicho dónde vive mi exnovia? Noté la quebrada que estaba al lado del camino y decidí darme un chapuzón en esas aguas puras y cristalinas. ¡¡¡Hombre al agua!!!
—Hola, Juancho.
—Hola, mamá. ¿Qué haces aquí?
—Todos vinimos a disfrutar el agua contigo. Siempre nos ha gustado tanto…
Los abracé contento. Hacía mucho que no sacábamos tiempo para bañarnos juntos en la quebrada. Siempre tan ocupados.
—Los hombres que te buscaban fueron a la casa otra vez —respondió Marisela.
f. Líquido transparente, incoloro, inodoro e insípido en estado puro, cuyas moléculas están formadas por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, y que constituye el componente más abundante de la superficie terrestre y el mayoritario de todos los organismos vivos. (Fórm. H2O).
f. Líquido que se obtiene por infusión, disolución o emulsión de flores, plantas o frutos, empleado como refresco o en medicina y perfumería. Agua de azahar, de cebada, de limón.
f. lluvia (‖ acción de llover). U. t. en pl. con el mismo significado que en sing.
f. lágrimas (‖ gotas de la glándula lagrimal). Se le llenaron los ojos de agua. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing.
La convocatoria consta de dos secciones. La primera, «Agua» (blog), es exclusiva para autores del blog: los autores deben publicar obras de poesía, relato y artes plásticas con el tema «agua» en el blog saltoalreverso.com. La segunda sección, «Agua» (Entresalto), está abierta a autores del blog y autores externos: se recibirán reseñas, ensayos, entrevistas, artículos de opinión o informativos de temática artística o literaria que reflexionen sobre el tema «agua» en el correo antologia@saltoalreverso.com.
I
«Agua» (blog)
Bases completas
Pueden participar exclusivamente los autores del blog saltoalreverso.com (lista completa aquí: Nuestros autores).
Para participar, los autores del blog deben publicar entradas con el tema «agua».
Los autores deberán colocar la etiqueta (tag) ‘agua’ en sus entradas en la sección llamada Etiquetas.
Se admiten obras de poesía, relato y artes plásticas (fotografía, dibujo, ilustración, pintura).
Se considerarán las obras publicadas en el blog entre el 4 y el 31 de octubre.
Debido a que la convocatoria es exclusivamente para autores del blog, no se aceptarán obras de autores externos por ningún medio.
Las entradas deberán seguir los criterios del blog (más información aquí: Ya eres autor).
Los coeditores seleccionarán una obra por autor para la Antología III, aunque los autores pueden publicar más.
Cabe mencionar que los autores pueden seguir publicando obras de temática distinta a «agua» durante este periodo, solo que no serán consideradas en la presente convocatoria.
II
«Agua» (Entresalto)
Bases completas
Puede participar cualquier persona (autores del blog saltoalreverso.com y autores que no pertenezcan al blog).
Para participar, los autores deberán enviar reseñas, ensayos, entrevistas, artículos de opinión o informativos de temática artística o literaria con el tema «agua» al correo antologia@saltoalreverso.com.
La extensión de las obras debe ser de 1500 palabras como máximo.
En el correo debe adjuntarse una fotografía para su perfil en la antología, así como un texto biográfico que no supere los 450 caracteres. (Los autores que ya hayan sido publicados en nuestras revistas o antologías pueden indicar que desean usar la misma foto y texto de perfil de publicaciones pasadas).
Se considerarán las obras recibidas en el correo antologia@saltoalreverso.com entre el 4 y el 31 de octubre.
No se aceptarán obras de poesía, relato o artes plásticas de autores externos.
Los coeditores seleccionarán de entre las obras recibidas aquellas que consideren pertinentes para la Antología III de Salto al reverso.
Los autores cuyas obras hayan sido seleccionadas serán notificados vía correo electrónico a principios de noviembre. Se les solicitará llenar un formulario para otorgar permisos de publicación.
Todas las obras estarán sujetas a corrección ortográfica y de estilo. Si hay correcciones de estilo en las obras, se consultarán previamente con el autor.
¡Muchas gracias por participar!
La Antología III de Salto al reverso será publicada en enero de 2023.
Previamente realizamos una convocatoria para la Antología III en las redes. Conoce a los seleccionados:
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