Está en la flor morada
erigida entre cenizas.
Y en la primera llama
aunque arda hasta el fin.
Está en el ave primeriza
y en el buitre moteado.
Y en el cielo.
Y en las plumas.
Está en el verso agazapado
y en el que salta la frontera.
Entre el error y su muro.
Entre el acierto y su castillo.
Está en los zapatos sucios
y en las suelas desgastadas.
Y en el camino.
Y en la vereda.
Y en el rastro.
Y ahí.
Y
Debe estar conectado para enviar un comentario.