Azules y rojos


Azules y Rojos (collage y pintura), serie Azules y Rojos, pasado continuo

«La familia quedó destrozada y sin recursos al faltar el único sueldo que la mantenía. Pepe, entonces de cinco años, se estremece aún por el doloroso recuerdo de su madre, que cayó desmadejada y rota de dolor en el primer escalón de la escalera de su piso vivienda, llorando entre lamentos y temblores, con el paquete de comida en sus manos, y a su hermano Pedro, de catorce años, al que él siempre había visto tan fuerte y seguro, clamar a gritos llorando: ¡Mi padre, mi padre!».

Lo bello en la Bestia


ElviraMartos

El monstruo que está triste y azul


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©Merche García

Manteniendo el equilibrio…


… como en la vida misma.

Tomy

Equilibrista: Fideo Cabaleiro 
Compañía: XYZ Circo Contemporáneo
Presentación del espectáculo Subiendo en la Sala Verdi, Montevideo.

¡Gracias por participar en «Azul»!


AVISO IMPORTANTE: Se reanudan las votaciones

A partir de ahora se reinician las votaciones quincenales regulares en el blog. Todas las obras publicadas a partir de esta entrada y hasta el lunes 18 de junio serán consideradas en la votación 7.


Resultados de la convocatoria «azul»

¡Hola a todos!

Gracias por participar en nuestra convocatoria interna para autores del blog con el tema «azul».

El periodo de la convocatoria ha concluido. Recibimos 32 obras, de las cuales serán publicadas 22 en nuestra Antología II, que será lanzada a principios de 2019.

Se publicará solo una obra por cada autor. Esta es la lista completa:

 

# Título Autor Categorías
1 Azul me envuelve @theyoungQuevedo poema,  Poesía
2 Imagen:Vidas azules ahuanda Artes plásticas,  fotografía
3 Azul Alberto Beceiro poema,  Poesía,  Sin categoría
4 Esperando al azul Benjamín Recacha García Relato
5 ¡Impulso azul! Blacksmith Dragonheart Artes plásticas,  dibujo
6 Garra azul (poética) bosque baobab poema,  Poesía
7 Rompecabezas de azul Carlos Quijano microcuento,  Relato
8 Azul Atlántico Chistín Bonetto Artes plásticas,  fotografía,  poema,  Poesía
9 Azul y rojo Crissanta Relato
10 Luz azul Crissanta poema,  Poesía
11 Niño azul Donovan Rocester cuento
12 Bloque azul dramágico Relato
13 Imagen:Sombras azules eikonuruguay fotografía
14 Bajo el azur infinito Gema Albornoz cuento,  Relato,  sueño
15 Fronteras Gema Albornoz Artes plásticas,  fotografía
16 Edad azul Gema Albornoz Artes plásticas,  fotografía
17 El azul de El Salvador julioalejandre Artes plásticas,  fotografía
18 Nuestro azul Marina López Fernández Relato
19 Azul soledad Marina López Fernández Artes plásticas,  fotografía
20 Muros azul infinito Marina López Fernández poema,  Poesía
21 Infancia azul boli bic Marina López Fernández Artes plásticas,  dibujo
22 Vestidos de azul Mayca Soto poema,  Poesía
23 Mi frasquito azul melbag123 cuento,  Relato
24 Azul de cumpleaños real Merche fotografía
25 Imagen:Azul en rama Merche fotografía
26 Imagen:Azul intensamente helado Merche fotografía
27 Verano azul Merche Artes plásticas,  fotografía
28 Azul Pedro Copelmayer microcuento,  Relato
29 A estas horas Poetas Nuevos Poesía
30 Blue eyes Poetas Nuevos poema,  Poesía
31 Imagen:Melancolía Roberto Cabral │ Image & Photography Artes plásticas,  fotografía
32 Sangre azul Veronica poema

Lista final de las obras que serán publicadas:

Requisitos de publicación

La fecha límite para entregar estos requisitos es el 18 de junio de 2018. Si no recibimos el formulario o la imagen original antes de esa fecha, la obra en cuestión no será publicada en la antología.

A los autores que publicaron más de una entrada (marcados en letra roja) se les pide que ellos mismos elijan solo una para ser publicada e informen vía correo electrónico su decisión de obra (a saltoalreverso@gmail.com) o al llenar el formulario.

Si algún autor no ve su obra, asegúrese de haber puesto la etiqueta ‘azul’ en ella y notificar vía correo electrónico de la omisión a saltoalreverso@gmail.com

Nos reservamos el derecho a no publicar o a pedir modificaciones a aquellas obras que superen el límite de extensión máxima de 30 versos para poesía y 1200 palabras para relato.

Los autores aceptan que sus obras serán sujetas a una corrección ortográfica, de acuerdo con los criterios de Salto al reverso. Si es necesario hacer alguna corrección de estilo, les será notificada vía correo electrónico.

¡Muchas gracias a todos por participar!


Imagen de fondo y destacada: Butterfly Effect por Michele Bergami (CC0).

Azul Atlántico


Tan azul y tan afable,
así es tu imagen práctica y disoluta,
azulada y trasatlántica.

Místico manto de aguas prístinas que conjugan
tranquilidad y hermosura
y que con sus insípidas olas
se muestra más afable y más tranquilo
que el mismísimo Pacífico.

Y, sin embargo, esa es tu historia vivida
entre corrientes submarinas
que arrecian a los navegantes.

Agua prístina y azulada en compacto, con el cielo,
desde América, hasta África y Europa,
nadie se desliga de tu prominencia y compañía:
azul Atlántico.

«Playa de Patamares, Salvador de Bahía (Brasil)», fotografía por Alejandro Bolaños.

Niño azul


Originalmente publicado en: Blog Salto al reverso

Alquimista marino
Ilustración por: Blacksmith Dragonheart

El manejo de la maternidad del pueblo de Khisee empeoraba con los años. La situación administrativa llegó a ser tan deplorable que dentro de aquella maternidad se cometían negligencias que siempre quedaban en la impunidad.

Cierto día, por motivos rituales, una practicante de vudú se vio forzada a dar a luz en la maternidad del pueblo de Khisse.

Las enfermeras más viejas simplemente dejaban sufrir a las parturientas lo más que podían. Las practicantes, en cambio, aún conservaban su humanidad, y atendían a sus pacientes lo mejor que podían. Sin embargo, en el parto de la practicante de vudú se cometieron muchos errores y negligencias.

Para cuando la madre tuvo al niño en brazos ya era demasiado tarde. El tono azulado de su piel indicaba su inminente muerte. La madre, poseída por un torbellino de tristeza y rabia, empezó a gritar y a maldecir en un lenguaje que solo ella entendía. Hasta que gritó sus últimas palabras de forma clara y en perfecto español: «¡Maldito sea este lugar! ¡Solo muerte y agonía ronden en este lugar de perras inmundas!».

Dichas esas últimas palabras, la practicante de vudú usó su vida restante como combustible y la combinó con su sed de sangre. Usando esta energía, implantó parte de su ser en su bebé a punto de morir. Hecho esto, el niño, que se hallaba literalmente en el borde de la vida y la muerte, se volvió un espectro.

***

Los ataques de pánico entre las enfermeras empezaban a ser cada vez más comunes. Cada relato era idéntico. Una enfermera corría horrorizada al ver flotando un fantasma con la forma de un recién nacido de color azul, envuelto en una niebla blanquecina. Además, se dieron cuenta de que, luego de unos días, moría un niño en el pasillo donde se avistó al espectro. Las muertes se reportaban como muerte súbita del lactante, debido al color azul en la piel de los niños muertos. La realidad era, sin embargo, que El niño azul, como lo llamaban las enfermeras, mataba a los neonatos, en un acto de ira irracional contra aquellos que estaban vivos, a diferencia de él.

Los avistamientos del El niño azul se reportaban cada vez con mayor frecuencia conforme pasaban los meses.

***

En cierto lugar, existía un alquimista conocido como El alquimista marino, que pertenecía a cierta orden en la que le encomendaban misiones que incluían la desactivación  de rituales, cacería de practicantes y exorcismo de objetos y seres sobrenaturales relacionados con vudú. Todo con el propósito de mejorar sus habilidades alquímicas.

El alquimista marino era un sargento primero de la Marina que, para poder practicar con tranquilidad la alquimia, solía dejar como reemplazo a un golem que era igual a él en apariencia y que podía interactuar lo suficientemente bien como para que  nadie se percatara de que era tan solo un autómata.

El alquimista marino, mediante técnicas de alquimia, usaba su aura para camuflarse a un nivel cercano a la invisibilidad. Usando dicho poder, se colaba en los barcos para estar cerca del mar y poder completar una investigación que le permitiría darle un núcleo relativamente estable a su amplificador alquímico, la piedra filosofal incompleta conocida como La concha marina.

***

Eventualmente, en uno de sus viajes, el alquimista sintió la presencia de un espectro creado mediante técnicas de vudú. El espectro se encontraba en una maternidad en el pueblo de Khisse.

El alquimista marino tenía por costumbre usar su uniforme de la Marina durante sus misiones. También acostumbraba acumular ánima en su piedra filosofal incompleta, para usar dicho poder almacenado en caso de un combate o de necesitar el uso de alquimia a un nivel que no pudiera conseguir usando solamente su propia aura. A ese proceso lo llamaba cargar la piedra, debido a que ésta no tenía un núcleo propio para poder generar su propia energía. El proceso de cargar la piedra consumía mucha de la energía vital del alquimista marino, que había entrenado su cuerpo para no sentirse debilitado a pesar de la gran cantidad de ánima que depositaba en La concha marina.

El alquimista marino siempre estaba preparado para la lucha, llevando consigo su piedra cargada en todo momento. Era común que realizara misiones personales. Con el solo objetivo de conseguir experiencia o información que le fueran útiles para su investigación.

Ya vestido con su uniforme y con su piedra en su mano, el alquimista marino usó su poder de camuflaje para entrar a la maternidad sin ser visto. Recorrió los pasillos siguiendo el rastro que dejaba la sed de sangre del espectro.

Finalmente el alquimista y el espectro se encontraron. El alquimista miró fijamente el rostro de El niño azul flotando en el aire. De inmediato detectó que se trataba de un ritual de vudú muy poderoso, por lo que colocó La concha marina en el piso de una forma muy rápida. El espectro, en cuanto sintió el aura del alquimista, abrió tanto la boca que su rostro se deformó, mostrando unos dientes monstruosos. Inmediatamente después, El niño azul lanzó un grito potenciado con sed de sangre. El grito superaba la barrera del sonido y era capaz de destruir el suelo, el techo y las paredes circundantes.

El alquimista marino ni siquiera se movió de su sitio, ni hizo gesto alguno que indicara que quisiera defenderse de aquel ataque. El aura procedente de La concha marina lo protegía con una luminosa barrera de energía.

Mientras El niño azul gritaba, el alquimista concentraba su aura. La concha marina debía resistir el suficiente tiempo como para permitir al alquimista realizar su técnica. En cuanto la terminó, el alquimista desactivó su piedra filosofal y lanzó unos rayos de color verde desde sus manos. Los rayos envolvieron al niño azul y, haciendo un gesto con una mano, el alquimista marino abrió La concha marina y, haciendo un gesto con la otra, atrajo los rayos verdes que contenían al niño azul y lo encerró dentro de su piedra filosofal.

En cuanto terminó la batalla, El alquimista marino desapareció sin dejar rastro.

No se volvieron a reportar avistamientos de El niño azul luego de aquel incidente.

***

—¿Vieron eso? —dijo un anciano con una túnica extraña.

—¿Qué cosa? —respondieron al unísono tres ancianos más.

—El libro de los siete sellos de Medera, la alquimista astral acaba de reaccionar —dijo el mismo anciano.

Todos los ancianos se acercaron al libro. El libro comenzó a proyectar una especie de holograma de la batalla entre El alquimista marino y El niño azul.

—¿Es él? —dijeron los cuatro ancianos al unísono.

—Sí, él es el elegido. Él será el dueño de este libro— respondió el libro de los siete sellos.