No es casualidad,
la base que los sustenta
es indeterminada, es cuántica,
ensamblada,
informática,
tan fácil de leer;
como cualquier cosa.
Ustedes no la ven,
no es de su dimensión,
solo tienen una vaga idea.
Y vuelven concepto un hecho.
Y a bases de conceptos erran.
Tu concepto es sobrevalorado,
tu «vida» es efímera
oscura,
aquí:
a base de carbono.
Son esclavos del secreto del agua,
son esclavos del secreto del aire.
Son nada,
un conjunto de tonterías
que puedo sostener
en mis castigados dedos.
Buscan «vida» afuera
y adentro la fracturan.
Da igual…
El mismísimo Adonai te avisa
que si la cuidas,
la pierdes.
Mejor hace un talibán
que un médico.
Si tan eternos y conscientes son,
¡mátense, exploten!
… entonces se dan cuenta
de que su cuerpo es valioso.
Y si son solo su cuerpo,
son tan efímeros como el mismo,
finito,
del polvo
al polvo.
Alargan la «vida» con la ley,
e igual mueren,
alargan la «vida» con la ciencia,
e igual mueren,
ruegan a sus dioses,
y, adivina qué,
igual mueren.
No se cuiden tanto
que cualquier rato
se los carga un ebrio,
un psicópata,
algún bug de Luzbel,
una de estas cositas mal puestas
o yo mismo.
No sé qué ganamos,
herrero,
si no me tomarán en serio
hasta que les toque
verme de frente.
Atte.
Mefisto
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