Una pizca de furia
en el ojo de la calma
que domina nuestro huracán.
La bestia despierta,
conoce la clave
de la erupción fraudulenta.
En el extremo contrario al fuego
la verdad atraviesa el calor,
transforma la materia en vapor.
Todo mineral
animal
vegetal;
toda materia
carne
pelaje
follaje
serán pulverizados en una misma ceniza.
Fogata móvil
que toda intensidad absorbe,
brinda la nueva salida
a este capítulo fallido
de la civilización terrestre.
Gira,
gira,
¡gira!
La fortuna hecha rueda
moviliza el destino;
cada elemento de la naturaleza
es un movimiento de resurrección;
volviendo al estado cero
estamos llegando con la era del trueno.
Piedra
cobre
oro
hierro.
Y cuando acaben los minerales
pasaremos al plano de la luz.
Quizás
nos quedaremos en la flama,
aquella que alumbró una caverna
y jamás cesó su fuego en la psiquis del hombre.
El mismo que hoy día habita la tierra de los elementos,
burlándose de los espíritus,
siendo frívolo
contra todo lo que ha dejado de percibir por naturaleza.
¡Arde, lava!
Que el hombre se congela.