En la puerta o en el portal


Perseguí cada una

de las pistas

que dejamos

en tinta invisible

en cada lugar visitado.

Todas me conducían

a un abismo.

Lleno de curvas

tentadoras.

A mi izquierda,

Paolo y Francesca,

daban la bienvenida.

Miraba el jardín

repleto de flores

del mal.

Todas a punto

de germinar

y aumentar

el goce visual.

¿Seduce el deleite

de la vida

cuando se abre la puerta

y se presenta así

la bestialidad?

Me quedaré en el portal.